Hace unos minutos he acabado de ver UP, la película de Pixar y Disney. Me la habían recomendado varias personas y tengo a Pixar en muy alta estima. No me ha decepcionado, para nada. El inicio de la película es quizá uno de los mejores que he visto en la vida. Esos minutos sin hablar, con sólo las imágenes y la música de fondo, mientras las escenas se suceden... Pixar sabe muy bien cómo emocionar a la gente, y lo hace sin necesidad de palabras. Ya sabes: vale más una imagen... Y en este caso, es una sucesión fantástica de imágenes. Un inicio genial.
Pero no se queda ahí, aunque la genialidad del principio no la vuelve a superar más (también sea dicho que la roza por momentos). Es una película con un importante trasfondo y con ese regustillo a moraleja que dejan todas las películas de Disney, con historias bonitas, con su pizca de emoción y su malo malote. Y todo ello rodeado de escenarios bellísimos, preciosistas y que te hacen pensar en lo mucho que ha avanzado la tecnología en estos años. Un 10 para Pixar en este sentido.
Esta película me ha hecho pensar en los sueños que todos tenemos. Recordar que, cuando éramos pequeños, mirábamos al cielo y decíamos "yo quiero ser 'tal'". Hacíamos dibujos, unos con más arte que otros, con lo que deseábamos ser. Con el paso de los años, esos sueños se van difuminando en la memoria, los perdemos de vista, dejan de ser nuestra referencia y pasan a ser una losa con la que cargamos. La losa de no cumplir nuestras metas, la carga de alejarnos cada vez más de aquello que tanto queríamos en esa tierna edad, el peso de vivir siendo alguien que no querías ser. La vida se escapa como arena entre los dedos y cada vez estamos más lejos de nuestro destino.
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