viernes, 16 de abril de 2010

Cachondeo

No hay otra palabra para definir lo del Tribunal Constitucional. Esas 10 personas que representan el máximo poder judicial en el Estado. 10 personas, ojo. Que no son 100 ni 300 o 400 como en el parlamento. Pues bien, estos 10 magistrados hoy han decidido aplazar el fallo sobre la inconstitucionalidad del Estatut de Catalunya. No se sabe hasta cuando, quizá en otoño después de las elecciones autonómicas catalanas. Con suerte, en verano. Pero no lo saben. Pues muy bien.

Total, ¿qué importancia tiene el Estatut? Sólo es el compendio de normas y leyes para regir Catalunya. ¿Qué importa si se retrasa un poco más? Estos señores deberán pensar que están decidiendo sobre el juego de la galleta, que debe competir en importancia con el tan manido Estatut. Sólo así se puede entender que lleven ya varios años mareando la perdiz y a los catalanes. Que no llevan 1, ni 2, ni 3, tampoco 4 ni 5, llevan 6, seis, años con el temita de marras. Y ya empieza a oler.

Porque digo yo que si llevan ya más de un lustro debatiendo y no han sido capaces de decidir nada, quizá sea que el Estatut es constitucional. Si tan clara es su inconstitucionalidad, si tan claro se ve que rompe España y establece una distinción en la ciudadanía entre catalanes y los demás españoles, digo yo que lo habrían declarado inconstitucional alguna vez en todos estos años. Porque sino no puedo entender que con tantos años detrás, sigan debatiendo sobre ello. Oye, pues a lo mejor no es tan malo como lo pintan.

Y mientras los catalanes, esperando a que decidan qué hacer con nosotros, esa región incómoda que sólo cuenta cuando hay elecciones. A nadie le gusta Catalunya fuera de aquí. Los socialistas nos ven como ese mal necesario para gobernar, esa tierra incómoda a la que sólo se acercan por interés para después aguantar sus exigencias durante 4 años. El Partido Popular nos ve como el motivo de su fracaso y como sus mayores críticos, además de ser seguramente la única comunidad en la que no han gobernado. Y provocan en los catalanes la reacción adversa, ya sabes eso de que cada acción tiene una reacción igual, pero en sentido contrario.

Que el independentismo se esté disparando en Catalunya no es ninguna sorpresa. Han pasado de ser una minoría apartada a ir creciendo, teniendo un eco cada vez mayor en los medios. Siguen siendo pocos, aunque griten mucho, pero cada día se une gente al club. Gente que está harta de España, que está hastiada de tener que esperar a que cuatro gatos (o 10, como en este caso) decidan el futuro de más de 7 millones, gente que ya no puede más con las tonterías que se traen desde el gobierno central, su nula perspectiva a largo plazo y su pasividad con los que habitamos en esta bonita tierra. Como sigan así un tiempo más, el TC estará debatiendo sobre un texto obsoleto. Si no lo está ya, claro.

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