Aprovechando
la entrada anterior, hoy entrevistamos a esa persona que siempre dice 'oooh' en los momentos románticos de las películas que vemos en el cine. Todos sabemos que existe, pero nunca conseguimos localizarlo. Por eso, esta entrevista se hace desde la sala de un cine anónimo de Calafell, el único que hay en el pueblo.
Yo: Buenos días, señor...
SO: Llámeme Señor O, por Oh.
Y: Entonces, ¿le gustaría permanecer en la oscuridad?
SO: Hombre, en el cine es complicado el tema de la luz.
Y: No, no. Lo digo por el tema del anonimato.
SO: Ah... Oh. Sí. Siempre está el típico amargado que quiere hacerme daño.
Y: Es un trabajo complicado, sí. ¿Recibe muchas amenazas?
SO: Oh, si yo le contara. Siempre que hay algún momento bonito y me expreso, como ciudadano libre que soy, noto que hay algunos que se giran buscándome. Por suerte el cine me ha proporcionado un sitio bien protegido de las miradas ajenas y donde nadie puede encontrarme. La fila 13 es realmente buena.
Y: Ahá, anonimato. ¿Y cómo lo lleva su familia? Porque me imagino que usted tiene que cubrir todas las sesiones...
SO: Sí, sí, es duro.
Y: Eso es lo que dijo ella.
SO: ¿Qué?
Y: Nada, nada. Siga.
SO: Pues eso, que es un trabajo complicado. Por suerte es vocacional y ya mis antepasados se encargaban de ello en los teatros de la época. Es familiar.
Y: ¿Familiar?
SO: Exacto
Y: Como el resultado de dividir 4 entre 2.
SO: ¿Perdone?
Y: Un detalle sin importancia. Continue, por favor.
SO: Lo que le decía: toda mi familia está involucrada. Mis hijos desde bien pequeños aprenden los rigores del trabajo. Por ejemplo, en vez de llorar diciendo "buah" dicen "oh-áh, oh-áh". Así cuando tienen tres o cuatro años ya pueden ir a otras sesiones.
Y: ¿Y su mujer aquí presente?
SO: Ella tiene cada vez menos faena porque se especializó en las películas de cine mudo. Cuando llegaba un momento tierno, levantaba un folio Din A4 que ponía "Oooh". El efecto era menor.
Y: Ya veo. Y, ¿cómo llevan el asunto del 3D?
SO: Uf, no me hable...
Y: Vale.
SO: ¿Qué?
Y: Que no le hablo.
SO: ¿A quién?
Y: A usted.
SO: No lo entiendo. ¿No me está entrevistando?
Y: Sí.
SO: ¿Entonces?
Y: No.
SO: Es usted un poco raro. ¿Ya come bien?
Y: No, la verdad es que no. Como y ceno pasta.
SO: ¿Puedo tutearte?
Y: Si no duele, sí.
SO: La primera vez es gratis. ¿Y cómo te sientes respecto a eso de comer pasta diariamente?
Y: Pues mal... Mal. Quiero comer cosas diferentes, ¿sabes? Quiero levantarme por las mañanas y no ver siempre el mismo tupper de mierda lleno de spaghettis o macarrones. ¡Quiero saborear cosas nuevas!
SO: Eh, eh, no llores. Estoy contigo, ¿vale?
Y: Echo de menos la comida de mi madre. Quiero volver a casa. ¡Odio esto!
SO: Bueno, bueno, no te pongas así. Vamos a dar por acabada la entrevista, porque no te encuentras en condiciones de seguir respondiendo, ¿vale?
Y: Bueno... Gracias...
SO: Y vosotros, gritad conmigo: "¡ooooh!" ¡Hasta la semana que viene, artemaníacos!