Toca cita semanal con Entrevistando, después de varias semanas sin ninguna. Sí, nunca entendí bien el concepto de semanal, razón por la cual mi revista no triunfó y no porque consistiera en dibujos míos hechos con rectas en distintas posiciones. Dejando de lado mi arte incomprendido y mi dislexia temporal, comencemos con una nueva entrevista. Esta vez se trata de Patricio Vélamán (los dos acentos son por su origen francés, por parte de hijo). No, no es el compañero de Bob Esponja, entrañable esponja (no como la mía, que me hace heridas). Es un señor que trabaja en los entierros. Da velas. Da velas en un entierro.
Yo: Buenas noches, señor. Espero no haber desordenado mucho su agenda.
Vélamán: (Me entrega una vela) Tenga.
Y: Gracias. ¿No gana usted para velas, eh? Jeje.
V: ¿Jeje? ¿Quién se ríe diciendo jeje?
Y: (Confundido) No le entiendo...
V: La gente ríe con 'jaja'.
Y: ¿Y yo cómo lo he hecho?
V: Usted ha dicho 'jeje'.
Y: Creo que se equivoca, señor.
V: No, revise lo que ha escrito y verá que pone 'jeje'.
Y: ¿Escrito? ¿Estamos hablando, no?
V: Bah, es igual. Continuemos. Soy un hombre ocupado y el tiempo que pierdo aquí lo podría emplear dando velas.
Y: De acuerdo. Me alegro que lo hayamos solucionado. Hablando se entienden hasta los muertos, ¿eh? ¿Lo pilla? ¡Los muertos! Porque usted da velas en los entierros, jeje.
V: (Susurrando) Hijo de puta.
Y: ¿Cómo?
V: Ya me ha oído.
Y: Detecto cierta hostilidad...
V: ¿Y qué espera? Está viendo que me cabrea que diga 'jeje' y usted vuelve a decir jeje.
Y: ¡Que no! ¡Ha sido un 'jaja' claramente!
V: ¡¡PERO QUIERE MIRAR LO QUE ESCRIBE!!
Y: (Rompiendo a llorar) ¡No lo entiendo, estamos hablando! ¡Nadie está escribiendo nada! ¿Por qué me hace esto?
V: Va a apagar la vela y como la apague no respondo.
Y: ¿No responde? ¿Se acabará la entrevista?
V: No, que no respondo de mis actos.
Y: ¿Qué actos?
V: Los que puedo hacer si no respondo.
Y: ¿No responde? ¿Se acabará la entrevista?
V: ¿Qué parentesco tienen sus padres entre sí?
Y: (Levantando la vela) Señor, aquí soy yo el que hace las preguntas. Aunque son primos. Lejanos, dentro de la proximidad de ser hermanos.
V: ¿Primos o hermanos?
Y: A ver, es complicado. Son hermanos pero de diferentes primos. ¿Entiende?
V: No.
Y: Es igual. Son muy felices. Todos lo somos. Prosigamos con la entrevista, si le parece.
V: ...
Y: Aceptaré los tres puntos suspensivos como un sí.
V: Cabronazo.
Y: ¡Hostilidad!
V: ¿Ahora sí que ve lo que escribe, no?
Y: ¿Cómo? ¿Quién escribe?
V: Arriba, que ha dicho lo de los tres puntos suspensivos.
Y: ¿Qué tres puntos suspensivos? ¿De qué habla?
V: Suba arriba en la entrevista.
Y: Señor, no sé volar.
V: ¡QUE LEA LO QUE HA ESCRITO!
Y: (Llorando de nuevo) ¡Pero que estamos los dos hablando! ¡Está usted loco!
V: Se lo copio, para que lo vea.
(Flashback) Y: Aceptaré los tres puntos suspensivos como un sí.
Y: ¿Qué tengo que ver?
V: Lo que le he copiado arriba.
Y: ¿Dónde?
V: Arriba.
Y: No oigo nada.
V: Es que tiene que leer.
Y: (Alejándome poco a poco) Ah, sí... Bueno, creo que vamos a dejar aquí la entrevista, señor Vélamán...
V: ¿Cree que estoy loco, verdad?
Y: (Desde la lejanía) ¡Nooo! No, qué va. Es el repartidor de velas más cuerdo que conozco. Hasta la próxima, ¿eh? ¡Un placeeeer!
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