"La vida pasa demasiado rápido como para pararse a pensar en ella". Esa idea retumbaba en su mente desde que se levantó y parecía no querer irse. No sabía de dónde provenía, quizá era algo soñado y su subconsciente había rescatado ese mensaje y lo había enviado en una botella hacia la orilla de su conciencia. Sea como fuere, parece que la idea había arraigado y no tenía intenciones de desaparecer.
Siguió caminando mientras el cielo corría más que sus pensamientos. Las nubes se aglomeraban sobre su cabeza e intuyó - supo - que las primeras gotas no tardarían mucho en caer. Se fijó en la poca gente que transitaba la calle a esa hora y notó que no era el único preocupado por una posible tormenta. Miró de nuevo hacia el infinito cada vez más oscuro y se convenció de que si corría quizá podía evitar llegar empapado a casa.
Aplicando sus cálculos, comenzó a correr. La fatiga lo invadió pronto. Debía volver a correr regularmente. Lo apuntaría en su - cada día más larga - lista de cosas por hacer. Alguna gota se deslizaba por sus mejillas, creyó que era la lluvia pero no lograba discernir si era esta o el sudor que se acumulaba en su frente perlada. Miró un instante hacia el cielo y confirmó su primera impresión: había comenzado a llover. La intensidad creció de manera casi exponencial en los próximos instantes, reduciendo su visibilidad al suelo que tenía debajo a cada zancada.
Según sus cálculos, debía estar llegando a casa en esos instantes, así que aceleró la marcha. De pronto, escuchó un sonido intenso muy cerca de él. Se detuvo, miró hacia su izquierda y vio venir un destello. Lo último que recordó fue
Sonó la alarma. Cuando consiguió deshacerse de las sábanas, se dirigió, sonámbulo, a la ducha. Tras el frío inicial, el agua caliente se tornó en una bendición. El sueño comenzaba a evaporarse. Abrió los ojos mientras el agua caía, esperando a que su mente acabara de ponerse a punto, como si de un ordenador recién encendido se tratara. Notó que las primeras palabras circulaban por su mente, formando un embrión de idea, de origen desconocido. Quizá lo había soñado o lo habría visto por la televisión, pero parecía bastante intenso.
"La vida pasa demasiado rápido como para pararse a pensar en ella".
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