domingo, 10 de abril de 2011

Rapidez

Un pequeño pinchazo al ver el blog desierto me decide a escribir algo. Escribir aquí, que no significa que haya dejado de hacerlo. No hay día que se despida sin que haya escrito una letra. Es una necesidad, un vicio, una adicción. Sana o con tendencia al autosabotaje, depende del día. Quizá más de lo último de un tiempo hacia aquí. Rachas que vienen y se van y no alcanzas a ver cuándo se va una y cuándo entra la otra, conviviendo un tiempo.

En ese tiempo me encuentro yo, subiendo a una ola cuando aún no me he bajado de la anterior, en un extraño equilibrio en el que ni subo ni bajo, ni sonrío ni se me escapa alguna lágrima, ni quiero ni puedo. Suspiros ante la almohada, lunas que te escuchan en silencio, estrellas que discuten a años luz. Mañanas de ojeras, bostezos, resaca de pensamientos.

Todo pasa demasiado rápido. Demasiado. Tanto que me da miedo poner el pie en el suelo por si la diferencia de velocidad acaba llevándome de bruces contra el suelo. El tiempo, caprichoso, nos hace creer que cada segundo es igual al anterior, que cada minuto transcurre a la misma velocidad que el que le precede, que cada hora es equivalente a sus homólogas. En el mundo de las percepciones en el que vivimos, eso no puede ser verdad. Ni mis horas contigo son horas ni las que paso sin ti tienen 60 minutos. O si los tienen, me los vendieron más largos de lo que deseaba.

Estoy harto de tener siempre la sensación de llegar en el momento inadecuado. Siempre sería mejor antes o después, no en ese instante. Cansado de que sean otras sensaciones, vivencias, personas, momentos los que modelen relaciones que incumben sólo a sus protagonistas. Frustrado de, aún así, entender todo. Entender que nosotros no vivimos solos, no somos ajenos a nuestro alrededor, que somos la suma de todo lo que nos rodea, que existimos como mezcla de todas aquellas personas que hemos conocido alguna vez, que cada una de ellas es parte de nosotros (lo veamos o no), que es imposible apartar el pasado para vivir el presente y para pensar en el futuro. Que...

Bah. ATPC.

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