domingo, 23 de enero de 2011

Eco

Miraba unas hojas, sentado en ese banco. La vio salir. En su cara no se dibujó la sorpresa. Notó una cierta aceleración en sus latidos, pero nada comparable a lo que en otro tiempo fue. Ella tampoco lo esperaba. Se miraron, los dos sonrieron. Quizá - seguro - algo forzadamente. Se sentó a su lado. Él giró la cara, mirándola, con su media sonrisa. Esa sonrisa. Nada que ver, tampoco, con la que fue. Como si fuera uno de esos anuncios del antes y el después. Sólo que, por esta vez, el antes era mejor. 

Se fue como llegó. ¿De qué hablas con alguien con quién no necesitabas hablar para hacerlo? ¿Qué palabras escoger cuando las formalidades de los qué-tales y los cómo-va-la-vida se agotan? ¿Por qué ese pinchazo, esa sensación de mentir, esa punzada de la conciencia, detrás de cada "me alegro" cuando realmente sí quieres hacerlo? Sólo que no puedes. O no puedo. Dejé departir al silencio mientras me dejaba llevar por el eco de su voz. 

Cuando volví al mismo sitio que, físicamente, nunca dejé, ya no estaba. Un alivio pasajero dejó sitio a una sensación familiar de desazón y agotamiento, encontrándome con 20 años pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor, incluso aquellos momentos no recordados. Especialmente los no recordados. Esos recuerdos sin resaca, esa felicidad sin contrapunto, la sonrisa sin hipotecas, la total seguridad de vivir ese momento y que él no volverá a ti para hacerte daño, como un bumerán cualquiera, que no te perseguirá en una carrera perdida de antemano. Los recuerdos retumban en el infinito. Siempre te atrapan.

Y, por felices que sean, encuentran, una y otra vez, la manera de hacerte daño.

3 comentarios:

  1. Definitivamente, dejare de leer tus publicaciones, no me puedo enamorar de un blog...

    PD: quedate con las cosas bonitas, al fin y al cabo, son las que nos gusta recordar una y otra vez... ;) Besos y suerte.

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  2. Y, por felices que sean, encuentran, una y otra vez, la manera de hacerte daño.

    Tot és relatiu però tot és sempre una balança sinó, conèixer els extrems totals mai ens permetrien de viure moments en equilibri, recorda que és impossible valorar el dia sense abans haver conegut la nit.

    pd. jo també hauré de deixar de llegir aquest blog...

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  3. Ya sabéis que siempre está abierto para cuando volváis. Agradezco la compañía. Ver que alguien lee estas cuatro palabras y nota algo, por pequeño que sea, es una sensación increíble. Me gusta saber que hay alguien detrás, que no estoy hablando a la pared.

    Gracias por estar ahí ;)

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